La disfunción eréctil es la incapacidad para lograr o mantener una erección satisfactoria para una relación sexual. La mayoría de los casos se relacionan con trastornos de la circulación, neurológicos, psicológicos (estrés) u hormonales (testosterona); algunos fármacos también pueden ser una causa.

Causas
Las principales causas de impotencia son las relacionadas con enfermedades crónico-degenerativas (hipertensión, diabetes, colesterol alto, obesidad, etc.) o problemas hormonales. Muchas de estas patologías son más frecuentes en personas mayores, por lo que los síntomas aumentan con la edad.

Existen además otras causas como la ingesta crónica de alcohol y drogas o el uso de testosterona exógena. Por último, factores psicológicos, como la ansiedad y el estrés, pueden influir hasta en un 20% de los casos de disfunción eréctil.

Tratamiento
Las opciones para el tratamiento incluyen el uso de medicamentos orales, terapias con ondas de choque o medicamentos tópicos. Se puede requerir de implantes quirúrgicos (prótesis peneana) cuando el tratamiento inicial no muestra resultados satisfactorios.
Un buen tratamiento debe ser integral e incluir el control de las enfermedades preexistentes y el manejo del estrés.